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«En las estaciones frías es más común ver a gente con problemas en los pies»

Chus Pérez Amor, podóloga en el hospital Ribera Polusa, repasa las complicaciones que sufren los pies durante los meses invernales. Para todas hay soluciones.

Los zapatos cerrados que usamos en esta época del año pueden favorecer la aparición de hongos. ¿Cómo se manifiestan y qué se puede hacer para evitarlos?

En la transición a las estaciones más frías adaptamos el calzado para enfrentar temperaturas más bajas. La elección de formatos cerrados, como botas y mocasines, junto con el aumento de la temperatura interna y la humedad de los calcetines crea un ambiente propicio para el desarrollo de hongos en las uñas y la piel, especialmente entre los dedos debido a la falta de espacio. La prevención es clave, y se recomienda optar por calzado con membranas impermeables tipo Gore-Tex y suelas gruesas que aíslen los pies de la humedad del suelo. Para quienes practican deportes al aire libre, como fútbol o running, es crucial asegurarse de secar adecuadamente el calzado antes de cada uso. Se recomienda incluso contar con un par adicional de zapatillas o botas para cambiar y así permitir que el calzado se seque por completo, aunque en el mercado existen dispositivos de aire para acelerar este proceso. Mantener los pies secos y el calzado en condiciones óptimas resulta esencial para prevenir los problemas podológicos asociados al frío y la humedad.

El tratamiento de los hongos puede ser complejo y largo. ¿Cuáles son las pautas que aconseja en consulta?

Es esencial tener en cuenta que el tratamiento de las infecciones fúngicas puede ser prolongado y requiere paciencia. Combina cambios en los hábitos diarios con tratamientos farmacológicos, siendo tópicos para casos incipientes y orales para infecciones más arraigadas. Los diagnósticos precisos se logran mediante métodos como los cultivos de uñas.

Tratar las infecciones por hongos en las uñas requiere paciencia. Se usarán fármacos tópicos en casos incipientes y orales en los más arraigados

El calzado cerrado y más rígido también puede disparar las molestias en los juanetes. ¿Cómo hay que actuar con estos?

Sí, resulta común ver a más gente con problemas en los pies durante las estaciones frías. Dolores de los huesos, artritis, artrosis, juanetes y hallux rigidus (una deformidad en la articulación de la base del dedo gordo) son bastante habituales en nuestras consultas, ya que muchas personas notan estas molestias cuando cambia el tiempo. Estas condiciones, al afectar a las articulaciones, tienen un impacto significativo en la marcha del paciente. Además de los tratamientos farmacológicos se propone el uso de plantillas personalizadas combinadas con zapatos que posean suela gruesa y un tacón que no exceda los cuatro centímetros. Estas medidas buscan minimizar las molestias en las articulaciones afectadas. Este enfoque integral, que aborda tanto la farmacoterapia como las intervenciones ortopédicas, trata de mejorar la calidad de vida del paciente al mitigar las implicaciones de estas dolencias en su movilidad y bienestar general.

Ese dolor articular al que hace referencia, ¿en qué puntos del pie y cómo se puede percibir?

Con la llegada del frío experimentamos modificaciones no solo en el calzado y en las actividades, sino también en la aparición de diversos dolores en los pies. En la zona del mediopié es común enfrentarse a molestias como la fascitis plantar o a metatarsalgias, a menudo desencadenadas por ajustes en el calzado o por cambios de la actividad física. Asimismo, en la región del retropié nos encontramos con dolencias como el espolón calcáneo, tendinitis de Aquiles o afectaciones en el seno del tarso. Todas ellas resultan muy dolorosas.

¿Cómo se pueden tratar y evitar estas molestias?

El tratamiento de estas patologías a veces implica el uso de plantillas, infiltraciones, terapias con factores de crecimiento autólogos e incluso intervenciones quirúrgicas para aliviar dicho malestar. Adicionalmente, durante la temporada de frío, no solo se manifiestan dolores musculoesqueléticos, sino también lesiones en la piel asociadas a las bajas temperaturas y la humedad, como los conocidos sabañones (perniosis), una reacción inflamatoria que se caracteriza por síntomas como enrojecimiento, hinchazón, picazón y, en casos más graves, la formación de ampollas. Estas afecciones requieren un tratamiento que puede incluir medidas para mejorar la circulación, así como cuidados específicos para aliviar el malestar cutáneo.

El esmaltado de uñas permanente o semipermanente puede ser agresivo para la lámina ungueal. Al retirar el producto se pueden provocar roturas en la uña

También ahora se ven las consecuencias de llevar durante el verano las uñas de los pies esmaltadas. ¿Qué puede suceder?

Cuando concluye la temporada de sandalias, especialmente entre nuestras pacientes femeninas, observamos que surge un motivo común de consulta: las lesiones en las uñas vinculadas al uso de esmaltes permanentes o semipermanentes. Estos tratamientos estéticos pueden ser agresivos para la lámina ungueal, ya que al retirar el producto –ya sea con acetona o fresas– se pueden provocar roturas en la uña. Estas roturas pueden derivar en incrustaciones en la piel circundante, porque la uña crece de manera irregular, o incluso dar lugar a lesiones micóticas si los productos se mantienen en las uñas durante demasiado tiempo. Por lo tanto, es crucial buscar establecimientos donde los procedimientos sean realizados por profesionales con la formación adecuada. De esta manera podemos disfrutar de la estética de nuestras uñas sin comprometer su salud, asegurándonos de que el proceso de embellecimiento se realice de manera segura y experta. La salud de las uñas es un reflejo importante de la salud general de los pies.

Más información en: riberasalud.com/polusa